POR
UNA SEXUALIDAD Y ABORTO LIBRES.
La
clase política que hoy nos toca sufrir, vuelve a insistir en sus
pretensiones de reglamentar y decidir por todas las mujeres sobre
aquello que es decisión exclusiva de la mujer: El ABORTO.
La
decisión de abortar compete solo y exclusivamente a la mujer, nadie
debería dudarlo, aunque sabemos que esta cuestión, EL ABORTO, es un
asunto de toda la sociedad, porque plantear este tema es hablar a fin
de cuentas sobre sexualidad y la forma en que nos relacionamos como
personas sexuadas que somos.
EL
ABORTO es el resultado de una relación sexual que ha finalizado con
un embarazo no deseado. Por
eso desde la Plataforma por la Sexualidad y Aborto Libres, además de
reclamar y exigir que el aborto sea un derecho básico, que pueda
efectuarse gratuitamente y con total libertad y garantías para la
vida y salud de la mujer que así lo decida, reclamamos como
necesario que se lleve a cabo una verdadera educación sexual, desde
los primeros años de los niños y las niñas, sin tabúes ni
condicionantes morales religiosos. Reclamamos igualmente que los
métodos anticonceptivos tengan costes reducidos y estén al alcance
de todas las personas.
Debemos
tener presente que el aborto ha sido siempre el último recurso ante
un embarazo no deseado, al que se recurre no por capricho sino en
caso extremo. Por lo tanto Educación
Sexual y Anticoncepción son las dos únicas herramientas para lograr
que el aborto no sea necesario y
disminuir el número de intervenciones.
La
hipocresía imperante de las personas que ahora “legislan”
–legisladores sin sotana- representa un paso más en la persecución
y criminalización de las mujeres por el ejercicio de sus derechos
ejecutada por los distintos gobiernos que se han ido sucediendo.
Buscan imponer sus valores patriarcales y morales-religiosos a la
totalidad de la sociedad cuando vivimos teóricamente en un Estado
Aconfesional, en el que deberían respetarse todas las creencias y
formas de sentir, sin que ninguna prevalezca sobre las demás.
Y
aunque la Edad Media y la Inquisición quedan ya lejos en el tiempo
sin embargo son otra vez, por desgracia, los principios religiosos de
unos pocos hoy en el poder, los que se están imponiendo a toda la
sociedad en la regulación legislativa planteada sobre temas como el
aborto o la maternidad asistida –negando con ello a amplios
colectivos, personas solteras, gays y lesbianas, la posibilidad de
tener hijos e hijas-. Y con dicha legislación lo único que
pretenden es por una parte consolidar el modelo fundamentalista
cristiano de familia heterosexual, y por otra, escudándose en
reducir el número de abortos, prohibirlo (limitándolo legalmente a
escasísimos supuestos), perseguirlo y penarlo, por mucho que nos
digan que a la mujer no se la condenará por abortar. En ningún
momento se plantean que han de prevenirse ante todo los embarazos no
deseados.
Por
lo tanto, para reducir a la mínima expresión el número de abortos,
la planificación familiar y la anticoncepción son aspectos básicos,
junto con una educación sexual no represora ni dirigida por
principios religiosos -a la que todos y todas deberíamos tener
acceso- basada en la igualdad y en el respeto.
Desde
esta Plataforma, por una Sexualidad y Abortos Libres, reclamamos el
derecho de las mujeres y de los hombres a decidir sobre nuestro
futuro, nuestras vidas y nuestros cuerpos, el derecho que toda
persona tiene a recibir una educación sexual no represora y
respetuosa. Reclamamos una buena planificación familiar sin que la
orienten principios patriarcales ni religiosos, al alcance de todos y
todas, con un acceso libre y barato a métodos anticonceptivos.
Denunciamos
también el grave riesgo para la vida y la salud de la mujer que
supondrá esta ley sobre el aborto que el gobierno pretende aprobar,
pues todos y todas sabemos que la mujer que ha decidido abortar lo
hará, aquí en este país y jugándose la vida, o en el extranjero
si tiene recursos económicos que se lo permitan.
Igualmente
denunciamos la hipocresía de muchos médicos que ejercen la
denominada “objeción de conciencia” negándose a realizar
abortos en sus puestos de trabajo dentro la sanidad pública,
mientras que no tienen ningún problema en practicarlos en clínicas
privadas cobrando cuantiosas sumas de dinero por ello. Como
trabajadores y trabajadoras “públicos” deberían ejercer todas
las funciones inherentes a su puesto de trabajo y si no están
conformes con ellas, dejar de trabajar para la administración. Esa
doble moral debe combatirse.
Nos
importa la vida de las mujeres y no estamos dispuestas a retroceder
en el tiempo, recuperando estadísticas que creíamos olvidadas sobre
fallecimientos de mujeres que abortaron en condiciones inseguras.
Nos
importa cómo vivimos y desarrollamos nuestra sexualidad y queremos
hacerlo desde la seguridad, la libertad y el respeto, teniendo claro
que la diferencia y diversidad sexual forma parte de la riqueza del
ser humano y que todos y todas tenemos derecho a desarrollarla
libremente, a decidir si queremos ser madres o padres, cómo y
cuándo, con independencia de la edad que tengamos, de cual sea
nuestro estado civil u opción sexual.
¡¡MOVILÍZATE!!
No
podemos retroceder. No debemos permitir que unos pocos impongan a la
mayoría de la sociedad unas leyes retrógradas basadas en principios
religiosos.
Está
en juego el cómo vivimos nuestra sexualidad, el modelo de familia
que deseamos desarrollar y la vida y salud de muchas mujeres.
Sal
a la calle para reclamar el derecho que todos y todas tenemos a
decidir sobre nuestros cuerpos.
¡Por
una Sexualidad y Aborto libres!
Manifestación
el día 27 de septiembre
Salida
en Plaza Zorrilla a las 20:30 h. hasta Plaza San Pablo